Joven con una rama de qat en la mano. Nosy Be. Madagascar |
Se
consume diariamente en el occidente de Yemen, lo que antes se denominaba Yemen
del norte, y también en el cuerno de África: Somalia, Etiopía y supongo que
también en Djibuti, Eritrea y Somaliland. En Yemen es muy fácil ver puestos en
los que venden la droga en los mercados, así como hombres que la compran en bolsitas y se la sujetan al
cinto, llevando siempre con ellos un botellín de agua mineral. Todos los días
se ve hombres tomándolo, siempre a la tarde, una vez que ya han comido. Ver
mujeres consumirlo en público es más extraño, pero yo vi una mujer tomarlo en
una family room o apartado de las cafeterías y restaurantes reservado a
mujeres, parejas y familias, mientras fumaba una pipa de agua o narguile (a
nosotras también nos ofrecieron la pipa). Su consumo no supone que dejen de
trabajar, pero el ambiente en los zocos, por ejemplo, es más distendido, y se
ven hombres jugando y haciéndose bromas por
doquier. Si por alguna cuestión tienen que ir al sur y no van a poder
consumir qat o el que tomen no va a ser tan fresco como desearían, se enfadan
sobremanera.
En
Etiopía también es habitual su consumo, aunque no tanto como en Yemen y nunca
he visto ninguna mujer consumirlo. En el norte vimos como el ayudante de un
autobús le compraba qat –allí lo llaman chat- al conductor para que resistiese
las 13 o 14 horas de viaje sin parar ni para orinar. No son tan cuidadosos a la
hora de elegir las hojas que toman como en Yemen, creo que los etíopes se lo
tragan y no sólo lo acompañan con agua como los yemeníes, sino que a veces
toman fanta u otro refresco para calmar la sed que produce. Vimos venderlo en
el mercado de Bati. En el sur es más frecuente ver a hombres consumiéndolo en
público. Allí es donde lo probamos nosotras, porque nos lo ofreció un joven
para calmar nuestro enfado porque en el bar donde estábamos tanto él como
nosotras nos habían cobrado un precio
exagerado por una cerveza. Aunque consiguió que nos sintiésemos más optimistas
y felices, al día siguiente, bueno en realidad ya aquella misma noche, la
sensación de decaimiento y depresión se impuso.
Cuento
todo esto porque me ha sorprendido este
año que en Madagascar también consuman qat. Nunca había oído que se consumiese fuera
de la zona antes mencionada. Había escuchado que en París se puede encontrar en
zonas donde habitan emigrantes del cuerno de África, aunque la necesidad de
consumirlo fresco hace difícil una exportación exitosa, pero jamás había oído
que se estuviese extendiendo por otros países. El caso es que en el viaje de
Tana a Diego Suarez, a unos pocos kilómetros de Diego Suarez (como 5 o 6 horas
de carretera), vi vender unas hojas en bolsas blancas que me recordaron al qat,
ya que es extraño vender unas hierbas y sólo eso. Mis sospechas se confirmaron cuando un joven dejó
por la ventanilla a mi lado una de esas bolsas con ramas de hojas verdes
bocabajo para mantenerlas frescas y un botellín de agua. Cuando se subió (accedió
al minibús por la ventanilla) me pareció oír que otros viajeros mencionaban la
palabra qat y le pregunté si era qat y si se producía en Madagascar. Y
efectivamente era qat y lo producen en Madagascar. Tiene su lógica ya que
Madagascar tiene amplias extensiones de tierras altas con buen clima para el qat . El
chico se ventiló el qat durante el trayecto en autobús. Se tragó las hojas como
hacen los etíopes, en vez de guardarlas
en el papo y luego escupirlas como hacen los yemeníes. Cuando visitamos la
montagne d’Ambre, a unos 1300 o 1400 metros de altitud, el guía nos dijo que al
ser una zona volcánica es muy fértil y que allí se planta qat.
Nunca a
la cama te irás sin saber una cosa más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario