Mujeres comprando perfumes en Salalah |
Todas de negro ellas,
Varones todos de blanco.
Espacios que no se mezclan,
Indo-pakistaníes a un lado.
Un beso beduino de nariz,
rostros por máscaras velados.
¿Cómo conocer a Salima, entre
tanto cuervo alado?
A la family room, mujeres,
los de Kerala, al tajo,
que vamos a jugar a las cartas
aquí en el suelo sentados.
Aguanta el sprite, Omar
el móvil pegado a la mano,
entre estos coches tenemos
el divertimento asegurado.
Mercado de Nizwa |
Lámparas de filigranas,
diestras manos de artesano.
Mezquita de todo a cien,
para las damas dejamos.
Dirigente rompedor, este
Sultán Qabús modernizado
Dicen que buscas la igualdad,
¿entre mujer y ganado?
Segregacionismo sin límite
el de estos locos arabos.
Tienen todas las de perder,
sin embargo, estos chalados.
Se os comeran con patatas
bangladeshíes avispados.
Pues temeis hasta al agua,
Simbad de tres al cuarto.
En el olvido por siempre quedó
la cabezuela asada,
los omaníes pronto
Biriyani o masala.
Mujer con máscara (Nizwa) |
Sala para hombres de la Gran Mezquita Sultán Qabus |
Al leer esta oda descubro no sólo un país, sino una vieja sensación. Aquella en la que se percibe al vencedor (supuesto) en manos del vencido y que a menudo reescribe la historia.
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